Peldaños ofuscados con polvo;
ahogados con el silencio, la memoria
de un grito que nadie atrapó en su regazo.
Las barreras que separan mis heridas
son inmensas; deberé cruzar el árido
sendero de espectros sin nombre,
sin recuerdos ni futuro, renegados
por la soberbia y el genocidio.
Mi única barrera era una espigada correa
de origen metálico. Sin vida ni más intención
que alejarme de los derechos ajenos. Para
recrearme el suelo de mis adagios.
Mi barrera era una cerca donde
se atoraban mis pantalones. Y corría
despavorido a ocultarme entre las hileras
de q aban
a a a a a
q
a a a a a a ara a a
á a qu a a a a a
a q a a a z a a